2020 es el fin de la ilusión. No más anteojos rosas para distorsionar la realidad que no se quiere enfrentar y aceptar.
Aquellos que sigan mirando sin querer enfocar, van a sentir el golpe con toda la fuerza real.
Se terminan las caretas, la condescendencia, el forzar relaciones/situaciones para que parezcan aceptables, digeribles, entendibles.
Este mundo es un enfermo terminal. Hay que dejar que se desmorone. No más el atar con alambre. Es remendar lo que está roto y se va a volver a romper. Aprender a aceptar el final también significa abrirse a crear algo más grande y mejor.
Saltos de fe. Atrevimiento. Fe absoluta en el poder interior.
Será duro ver a los titiriteros verdaderos. Ver lo que se hace con la vida (todas). Trago amargo difícil de procesar.
La salida es lo nuevo. Ser creador. Liberarse y defender tu voz.
No se remienda ni se intenta corregir. Se vuela alto hacia nuevas tierras. Nuevos sueños. El corazón y la mente unidos crean la alquimia sin esfuerzo. El cuerpo energético liberado mueve por vos.
Uno va a sentir que tiene alas en los pies y que avanza sin dificultad. Si se trabajó en su absoluta verdad.
2020 nos va a empujar. Hacia arriba o hacia abajo. Pero el mundo jamás volverá a ser el que fue”
Texto de @alchemyhouseof